miércoles, diciembre 03, 2008

Anoche...

Llorar lo que el cuerpo aguante
Maldecir esta estupidez humana de llorar por llorar
Rendirme ante esta mente ridícula
Ante la necesidad absurda de sentirme fuerte

Cada lágrima un pensamiento divagante
Liberar mi cerebro de cuanta basura hay en él
Llevar mi rostro a la almohada... llorar más fuerte
Hasta que me duela la garganta, el pecho y los ojos

Llorar sin pretensión alguna... en secreto
En el silencio de la noche que se hace mi cómplice
De esta necedad, de este desatinado momento
PENSAR... ANALIZAR... ENTENDER... O NO...

Me entrego a cada idea reprimida
A lo que no digo, a lo que no grito
Sin más remedio que ahogar en cada sollozo
Lo que no está escrito, ni dicho... tan solo meditado...

Mi cuerpo cansado, apenas logra respirar
Mi mente ha expulsado cada maraña de ridiculeces de ella
La noche se ha compadecido de mí
He caído en profundo sueño...

3 comentarios:

Alma azul dijo...

A veces, es bueno llorar y desahogarse pero, sí que es verdad que llorar no arregla nada. Me gustó mucho tu poema. Tiene tanto sentimiento...

Un besito. :)

Anonymous dijo...

Es hora de volver,
es hora de romper la cadena que ata el reloj a las horas (extremo)
es hora e que vuelvas a hablar
es hora de volverte a escuchar.
Creeme es hora,
es tu hora
siempre es tu hora
pq los minutos nunca dejamos de movernos por ti.
Volveré para leerte,
volveré para admirarte...

helenj dijo...

tu eres una gran escritora