miércoles, marzo 04, 2009

Confesión...


Pensaba por un segundo en los abismos de mi cuerpo cuando tu mirada se queda fija en mí y me daba cuenta que al soñarte tengo esa extraña sensación de caer desde muy alto y que mis pulmones se quedan sin aire y mi estómago entra en un estado estático y dinámico a la vez... así de la manera en que no se puede explicar que la quietud y el movimiento se fundan y surjan a la vez y que el cuerpo caiga desde muy alto teniendo los pies en la tierra, y que te sueñe con mis ojos bien abiertos... así siento tu amor...

De quedarme sin palabras, sin pensar en más que la necesidad de verte, sin contestar tus preguntas como en un estado autista, fuera de este mundo, del espacio que nos rodea, de la gente que transita que me ve y no me doy cuenta, que me doy cuenta y no me importa...

De extrañar tus ojos cuando no los veo... de no verlos cuando me miran... de mirarte de reojo de miedo a que descubras mi amor a través de mis ojos... de saber que ya lo has descubierto...

Con las contradicciones de mi mente, los deseos de mi cuerpo, los pensamientos locos, mi humanidad, con tus ojos, tus ideas, tu mundo... nuestro mundo, con este amor musical sin música y este universo mágico en que te encontré, donde no existen hadas, ni duendes, ni genios de cuento...

Pensaba por un segundo en la inmensidad de este amor... en lo encantadora y jodidamente perdida que estoy, en el insomnio de las noches de imaginarte, de ver como te desdibujas en la mente y cómo te reinvento... en mil formas, en lo vivido, en lo deseado... en el hoy...

En que estás en mi cerebro, en mis manos, en mi cuello, en mi boca, en mis ojos... en mi mundo loco y cuerdo... en cada partícula... con un amor que respiro, que toco, que siento, que beso... con un amor que está condicionado a una sola cosa: AMARTE...

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