martes, diciembre 19, 2006

El último suspiro...

[- En la oscuridad se oyen lamentos, donde no hay vida solo sufrimiento-] Frase: Autor desconocido.
Abrí mis ojos y me invadía la tristeza, aquella que martilla, que duele en el alma, aquella que hace que las lágrimas sin esperarlo broten... esa con la que cuesta sentirse viva, con la que los sueños se alejan, la vida se siente un fracaso, cuesta más trabajo despertar y comenzar el día duele...

Recordé el sueño que tuve esa noche:

*-Lloraba demasiado, me sentía deprimida, por un momento pensé que perdía la razón, creí que al fin me ganaba la demencia...había gente a mi alrededor, en ese instante y por primera vez no me importó que me vieran llorar, me sentía herida, humillada pero no sabía por qué...
Me levanto y camino hacia el borde de lo que creo era un barranco, extendí mis brazos, cerré mis ojos y me dejé caer...lo raro es que cuando sueño que caigo, inmediatamente el vacío me despierta, pero esta vez no... el viento golpeaba mi rostro, y mientras me adentraba en el abismo, el pasado me asaltó... toqué el suelo de una manera sutil, aún lloraba, me recosté en un árbol, contemplé el cielo y desperté-*...

Entonces esas imágenes de mi pasado llegaron a mi mente, debo admitir que odié mi presente, odié la rutina, odié despertar, odié lo que me rodea, odié no poder respirar; me sentí prisionera, atrapada, encerrada en mi propia existencia. Me di cuenta que la vida me dio la vuelta de una manera inaceptable, mis sueños, metas y deseos se fueron poco a poco y cada día son más lejanos...

Odié la educación, las costumbres, la moral, me odié a mi misma, detesté ser lo que soy; Añoré los recuerdos, si pudiera hubiera dado la mitad de mi vida por devolverme, por revivir, recordé esas personas que hicieron parte de mi vida y que se fueron, lloré la ausencia de aquellos que se llevaron una parte de mi, odié a aquellos que me abandonaron...

Le reproché a aquel que maneja este mundo loco, al que muchos llaman Dios, al que otros prefieren verlo como destino o a la simple vida, pregunté por todas las cosas que no están,quise saber a donde van los abrazos, la mirada detenida, el asombro, la calma , pedí respuestas aún sabiendo que no las obtendría; mis reproches hablaban de soledad, de muerte, de desamor, de angustia, de dolor, y cada lágrima era un reproche y cada una abría una herida y la hacía sangrar... y cada suspiro era añoranza... me sentí sola, perdida, recordé las palabras hirientes de aquellos ignorantes que disfrutan de hacer daño, de aquellos que me hicieron daño...

Aunque la depresión todavía me agobiaba, di el último suspiro, recobré la cordura, el vacío continuaba pero el cansancio vencía, las lágrimas ya no salían..., me puse la máscara de la alegría y salí una vez más a enfrentar al mundo...
*-Me acosté con el presente y desperté con el pasado-*

2 comentarios:

Esther dijo...

¡Ay, Dianita! Se parece tanto a lo que pasé... ...parecía una descripción de mi misma, de mis momentos tristes.Éso del cansancio, que ni las lágrimas salen, también lo he experimentado yo.Pero, ya no quiero estar triste, de momento ya no lo estoy. Quizás tengo algún momentillo pero, nada más. Quiero ser feliz, quiero que la odiosa tristeza se vaya como si jamás hubiera existido.La tristeza es horrible; la dicha es lo que más vale en este mundo, estoy dispuesta a intentar ir hacia ella, y nada ni nadie podrá ya detenerme.¡Ánimo! Si quieres me acompañas en el camino, y a muchos más que están como nosotras. ¿Te unes a la marcha?

Un besito.

Pablo dijo...

He visto tu post y no he podido evitar pasarme por aquí, eres la primera persona que no conozco en persona que postea en mi blog :)
En cuanto a lo que dices (y perdón por sacar conclusiones) siempre he mantenido la creencia de que la vida le otorga a cada uno un reto en relación a sus posibilidades y que la auténtica felicidad solo la saborean aquellos que han sabido ver y han vivido la tristeza. Escribes muy bien ;)